viernes, 15 de abril de 2016

Palacio de Hierro. Ciudad de México


Palacio de Hierro. Ciudad de México. 

(s. XIX) Arquitectura en el Porfiriato / Género comercial

 

 
 
HISTORIA
La construcción del edificio se inició al adquirir el terreno de la casa situada en la antigua esquina de Callejuela y San Bernardo, en lo que actualmente son las calles 5 de Febrero y Venustiano Carranza en 1888 (Iluminet, 2011) . Esto se debió a que el dueño José Tron tenía la idea de establecer en la capital una tienda departamental como las que se encuentran en París, su referencia para la construcción de este fue Au Bon Marché, quien poseía una tienda de enormes proporciones y que gracias a esto instauró un nuevo sistema de comercio, lo que es la tienda departamental. “Este concepto se adquirió del comerciante Aristide Boucicut, quien fue vendedor en un magasin de neouveautés  y logró adquirir un pequeño negocio, donde produjo nuevas estrategias comerciales, donde saco ventaja de condiciones económicas favorables y así atrayendo inversiones de capital.” (Patricia Martínez Gutiérrez, 2005).
El edificio fue calculado y proyectado por Mr. Pierón, rectificado y ejecutado por los Arq. Ignacio y Esusebio de la Hidalga; los planos fueron hechos en París, los elementos que se utilizaron en la construcción fueron hechos en la fundición parisina de Moisan y la dirección de los trabajos fueron confiados al renombrado arquitecto M. Hidalga. (Patricia Martínez Gutiérrez, 2005).
 
Podemos deducir que el edificio construido por la Tron Co. En 1891 fue el edificio más alto de la ciudad hecho a base de hierro con cinco pisos superpuestos en el concepto moderno de edificio alto, la primera construcción proyectada específicamente para ser una tienda departamental”. (Patricia Martínez Gutiérrez, 2005)
 
 
 

 

DESCRIPCION
Adquirió el nombre de Palacio de Hierro porque la gente, al pasar por la construcción, se asombraba y decían: “¡Mira, están construyendo un palacio… de hierro!”, ya que en esta época eran muy extrañas las construcciones de acero.
Su fachada se encuentra resuelta en una esquina por dos paramentos que la conformaban sobre los límites de las aceras. Mostraba los cinco niveles acusados por las cornisas de los entrepisos en los volúmenes de las esquinas, el nivel superior tenía una altura menor que los inferiores, lo cual, a la manera de la época, reiteraba la función de servicios, el cual era un nivel habitacional para empleados, y aunque era común que los empleados vivieran en el mismo edificio en el que trabajaban, representaba una novedad que en este caso se le hubiera asignado un espacio definido dentro del programa arquitectónico, lo cual nos habla de conceptos ilustrados de orden e higiene. (Patricia Martínez Gutiérrez, 2005).
La volumetría fue resuelta en la esquina dos grandes marcos pétreos que daban la idea de un gran cubo limpio desde los límites de las calles hasta cubrir la altura de los cinco pisos con los que contaba. El marco se habría logrado con el manejo como volúmenes macizos de los ejes esquineros y el tratamiento similar del último nivel con pequeñas ventanas, con lo que se lograba el elemento horizontal superior, lo que provocaba que los marcos de piedra acentuaran la transparencia de las ventanas: contaba con balcones en el cuarto piso y unas  verdaderas vidrieras en los tres pisos restantes; de esta forma hacían una unidad aparente de hierro y cristal, con lo cual se acentuaba la verticalidad del edificio. (Patricia Martínez Gutiérrez, 2005).
En su interior se encuentra formado por un cubo geométrico; estaba diseñado en base a un esquema de patio cubierto con un tragaluz cenital transparente; cuenta con una elegante y monumental escalera en zig-zag, la cual se levanta del centro del patio y comunica con la azotea, junto a la escalera, se encuentran dos ascensores, uno para las personas y otro para las mercancías. Los materiales con los que estaba y está compuesto el edificio son de hierro y piedra hoy en día de concreto también, ya que tuvo muchas remodelaciones, una en 1901, que se basó en una ampliación, pero siempre respetando la metodología que se tenía, mismas proporciones, fachada y se repitió el esquema de patio.
 

CARACTERISTICAS DEL EDIFICIO QUE LO IDENTIFIQUEN CON SU TIEMPO (ÉPOCA PORFIRIANA)
·         Avances tecnológicos ejemplificados en el elevador, y su estructura innovadora de metal. Como medio de expresión para el modernismo, y el progreso de un país en desarrollo.
·         Los materiales con los que está construido el edificio, hierro, cemento y cristal
o   Que en sí mismos son resultado de un avance tecnológico consecuencia  de la industrialización, de una época de prosperidad que se vivía en el país, estabilidad económica, y la riqueza concentrada
·         Sigue el modelo de las tiendas departamentales en Francia ya que en ese momento Francia es el país a imitar.
·         Diseño fue realizado por arquitectos extranjeros educados en Francia, así como mucha de la arquitectura monumental realizada en esa época.
·         La presencia de la tienda departamental que indica un aumento de población en la ciudad, dando paso a la colonia.
·         Escaleras monumentales.
·         Fachadas importantes.
·         Patios centrales.
ANÁLISIS
Un aspecto social y económico importante que se ve reflejado en la construcción de la tienda departamental es la urbanización y centralización en la Ciudad de México que demandaba nuevos servicios para satisfacer las necesidades de la sociedad. Ya que durante el Porfiriato se definió la organización político-administrativa del Distrito Federal, la centralización en la Ciudad de México de las actividades económicas, industriales, de comunicación, cultura y recreación contribuyó al incremento de su población, que en 1858 se estimaba en doscientos mil habitantes y hacia 1910 en cuatrocientos mil habitantes; a su vez, su área urbana había pasado de 8.5 a 40.5 kilómetros cuadrados.
 


Esta demanda de nuevos y más cantidad de servicios provocó que las costumbres empezaran a cambiar. Fue así que se inauguró el Palacio de Hierro, y otras tiendas departamentales. Utilizaban el concreto y estructuras de acero. Las tiendas influyeron más allá de lo que se podría imaginar en un inicio. Influyeron indirectamente hasta en el tipo de pavimentación, que facilitaría el tránsito de los vehículos  y de los tranvías. Vehículos pues, que servían como servicio a estas grandes tiendas departamentales, al transportar sus mercancías que venían de lugares apartados.
Otro aspecto directo que influyó en la construcción del edificio fue la misma educación de los 2 hermanos arquitectos que proyectaron la obra. Y la influencia a la que se vieron sometidos. Su padre Lorenzo Hidalga que estudió en  Paris tuvo influencia de otros dos arquitectos franceses: JeanNicolas-Louis Durand (1760-1832), y Claude Nicolás Lédoux (1736-1806), autor del libro “La arquitectura considerada en relación con el arte, las costumbres y la legislación”, publicado en 1808. Este último texto modificó los criterios arquitectónicos de la tradición clásica al proponer como principios constructivos la solidez, la salubridad, la comodidad y la economía. Ambos arquitectos fueron considerados precursores de una arquitectura funcionalista.
Siguiendo a sus maestros franceses, para él todos los edificios sobresalientes se habían construido aplicando los principios generales de “la conveniencia y de la economía”. Entendiendo que la conveniencia en un edificio “consiste en su solidez, salubridad y comodidad”. En tanto que por economía arquitectónica Hidalga entendía “el proscribir en un edificio todo lo que sea inútil”. Por consiguiente, sería “tanto más económico un proyecto cuanto más simétrico, más regular, más sencillo”.
 
Y es comprensible que algo de esto haya influenciado a sus hijos. Los dos hijos varones de Lorenzo Hidalga, es decir Ignacio y Eusebio Hidalga García, estudiaron en la Academia de San Carlos, donde obtuvieron el título de “ingenieros topógrafos e hidromensores” y después el de arquitectos e ingenieros civiles. Fueron alumnos de Javier Cavallari, profesor italiano llamado para reorganizar el plan de estudios que cursaban los estudiantes de la carrera de arquitectura, con el objetivo de cubrir las expectativas y necesidades de construcciones de nuevo tipo, que obedecían a un urbanismo diferente. Javier Cavallari quien “hizo posible el gran salto de la arquitectura de albañilería a la arquitectura de las grandes estructuras metálicas” según Eduardo Báez Macías, ya que rompió la tradición de la construcción basada en la mampostería y la cantera. Dejando a los hermanos Hidalga García, con todas estas enseñanzas que aplicaron en el Palacio de Hierro, solidez y economía aplicando materiales como el acero, la simplicidad elegante de un proyecto, que tenga
buena funcionalidad, que respete las necesidades de la crecida población, y la herencia de las estructuras metálicas.
 
Un aspecto cultural muy importante que se ve influido en el edificio es la conformación de una cultura de consumo en las principales ciudades mexicanas, provocada por el incremento en la producción industrial y el correspondiente aumento en la capacidad adquisitiva al finalizar el siglo XIX.
 El consumo, estableció una serie de patrones que hacen referencia a la pertenencia a un determinado estrato social. Patrones de consumo que revelan el aprecio a ciertos bienes materiales y a un estilo de vida en el que el progreso y el bienestar son fundamentales. Este es un fenómeno urbano que se vivía en la época, en donde se reflejan las clases acomodadas del porfiriato, y su percepción de sí mismos como progresistas que veían en la modernización del país un impulso de carácter nacionalista y se declaraban partidarios de adelantos tecnológicos, aparatos, gustos, modas, hábitos y costumbres fuertemente influenciados por modelos culturales europeos y estadounidenses, ya que guardaban gran similitud con estas.
Estos edificios departamentales, como el Palacio de Hierro, cambio hasta el cómo y dónde la gente compraba. Hasta entonces los bienes de consumo se obtenían en pequeñas tiendas, en ferias y mercados, con comerciantes o se encargaban a los talleres artesanales. Sin embargo, en los grandes almacenes, los compradores encontrarán por vez primera un ambiente diseñado ex profeso para un nuevo estilo de consumo.
“[...] fue un monumento a la cultura burguesa que la construyó, (…) Capturó la intención cultural-empresarial de dominar y organizar el mundo material para su ventaja. En la arquitectura, materializó el mandato de funcionalizar el medio ambiente. Significó solidez y respetabilidad. En sus valores, promovió la identificación cultural con lo aparente y las posesiones materiales. Reafirmó la productividad y personificó las pretensiones culturales de una sociedad igualitaria. La tienda departamental era el mundo burgués. Dice claramente Michael B. Miller, en The Bon Marché. (Bourgeois Culture and the Department Store, 1869-1920)
Ahora, toda la estructura del edificio departamental generaba una nueva interacción y movimiento dentro de ella. Al penetrar, el cliente se encontraba con empleados correctos, cortinajes, alfombras y mobiliario adecuado para un ambiente atractivo al consumo, que invitaba a pasar largas horas en la tienda.

Los grandes almacenes ofrecían además atractivos nuevos respecto a la antigua tienda de mostrador y dependientes. En esos momentos el cliente era libre para mirar la mercancía a su antojo sin presión alguna para adquirirla, también existía la seguridad de tratar con precios fijos que desechaban así la vieja costumbre del regateo. La mercancía, de carácter estandarizado, se exhibía en grandes volúmenes con la introducción continua de productos nuevos que propiciaban una caducidad implícita, el concepto demodé como sinónimo de no vigente y pasado de moda. Estas tiendas departamentales involucraron también la construcción de grandes talleres construidos ex profeso para el suministro de la tienda. 
OPINIÓN PERSONAL DE TODOS
Kathya: Desde el principio este edificio fue muy discutido, a causa de las nuevas tendencias que traía con él, por ello se me hace muy interesante, tanto su forma, como en la utilización del hierro, que fue causa de su nombre, la escalera que tiene en el interior, pero sobre todo su hermoso vitral que funciona como tragaluz; este edificio fue el inicio de un México moderno.
Martha: Se me hizo muy interesante como las tiendas departamentales con estos nuevos esquemas arquitectónicos, cambiaron por completo la forma de en qué se realizaban las compras, la forma de movilidad, y la misma concepción de comprar. Como involucró todo un movimiento en cuanto a comercialización, al ver toda la propaganda; el surgimiento de los conceptos moda, pasado de moda, vigencia, precios fijos desechando la vieja costumbre de regateo. El simple hecho de poder ver con libertad la mercancía fue un medio eficiente de divulgación de estos establecimientos.
Yesenia: Es un edificio, que tuvo impacto tanto económico como social, al ser uno de los edificios comerciales en el centro histórico México, así como también, fue el primer edificio en tener un elevador y el uso de materiales industriales. Lo que me gustó de este edificio fueron las decoraciones del art novue en el interior, así como en el domo al techo.
 
BIBLIOGRAFÍA
  • De Anda, Enrique. (2013) 3ra Edición. ”Historia de la arquitectura mexicana”. España: Gustavo Gili
·         Patricia Martínez Gutiérrez. (2005). El palacio de hierro arranque de la modernidad arquitectónica en la ciudad de México. México: Facultad de Arquitectura Instituto de Investigaciones estéticas Universidad Nacional Autónoma de México.
·         Iluminet. (25 septiembre, 2011). La luz hace del Palacio de Hierro un edificio sobrio y elegante. 13/04/2016, de Iluminet revista de iluminación on line Sitio web: http://www.iluminet.com/la-luz-hace-del-palacio-de-hierro-un-edificio-sobrio-y-elegante/
·         «El Palacio de Hierro», El Mundo Ilustrado, 1 de enero de 1907. Maurice Proal, Pierre Martin Charpenel, Los Barcelonettes en México, Prólogo de Jean Meyer, México, Editorial Clío, 1998, pp. 37 - 39. Véase también en Internet: elpalaciodehierro.com.mx

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