viernes, 15 de abril de 2016

Templo de Santa Rosa de Viterbo

TEMPLO DE SANTA ROSA DE VITERBO

HISTORIA
En 1727 por pedimento del Virrey  don Juan de Acuña, el rey Felipe V de España reconoció el monasterio y este comenzó a funcionar con el nombre Real Colegio de Santa Rosa de Viterbo. Inmediatamente los benefactores comenzaron la construcción de un grandioso templo y convento de acuerdo con el proyecto del arquitecto don Ignacio Mariano de las Casas y bajo la dirección de este.
En 1732 se dispuso que el monasterio se sujetara al Cabildo metropolitano y se hermanara con la Comunidad Seráfica de San Francisco de Asís.

En 1752 la obra fue terminada, se agregaron contrafuertes laterales para dar mayor resistencia estructural a los pesados muros, (obra del arquitecto Gudiño). También se instalaron un hermoso órgano bajo el coro del templo  y un reloj de repetición diseñados por el arquitecto don Ignacio Mariano de las Casas.
En 1749 se sustituyó el altar mayor del templo por eso la discordancia en época con los retablos laterales.
Es uno de los recintos más impresionantes del barroco colonial mexicano es el templo de Santa Rosa de Viterbo, situado en la capital del estado de Querétaro.
Desafortunadamente no es posible contemplar este recinto tal y como fue en su totalidad, pues una de sus partes fundamentales, el altar mayor, de estilo barroco, fue destruido en 1849, colocándose en su lugar uno neo clásico que actualmente se conserva. No obstante, todos los demás retablos, labrados en madera y cubiertos con hoja de oro, se muestran completos.

DESCRIPCIÓN
El templo es de una sola nave, reforzada por fuera con un par de botareles de gran tamaño. Éstos se encuentran sobre los muros de la parte que correspondería al brazo norte, el que parece sugerir una remota existencia por el arco situado entre los dos contrafuertes. Con toda seguridad, este elemento se hizo para guardar una armonía interior entre las arcadas y las pechinas. La torre, con campanario de dos cuerpos, está situada en la parte oriente del templo, levantándose desde el rincón noreste del coro alto. El primer cuerpo ostenta el primer reloj de tres carátulas que se construyó en América. La cúpula se ubica en la parte poniente. Desde lejos destaca su linternilla, así como la policromía del tambor octogonal y las columnillas y otros relieves de cantera que resguardan los ventanales. La plazuela al norte del templo facilita la apreciación del conjunto arquitectónico. El interior de Santa Rosa de Viterbo es lo más impresionante. Cinco retablos barrocos cubren las paredes de la nave, tres de las cuales están situados en la parte sur. Hacia el fondo, el ciprés neoclásico, aunque rompe con el estilo, luce su manufactura excelente, con la Virgen Maria y el Niño Jesús en la parte central y Santa Rosa de Viterbo en la parte superior. Otro detalle que l lama inmediatamente la atención es el púlpito que muestra una rica ornamentación con incrustaciones de maderas preciosas, marfil, plata y carey. El coro bajo, donde se encuentran el retablo ecléctico, el órgano del siglo XVIII y la capilla del Santísimo, está dividido de la nave por un pan el con quince medallones y una escultura de Jesucristo en la cruz. El coro alto, a su vez, lo divide un abanico dorado con la imagen de Jesús adolescente. En esta parte también se guarda un órgano Walker, de principios de siglo, actualmente en proceso de restauración a cargo del profesor Wesslowsky. La sacristía mayor y la menor se encuentran al costado sur, comunicadas por dos puertas; una debajo del retablo de la Virgen de Guadalupe y otra en el presbiterio. Por la sacristía menor es posible comunicarse con lo que fue el convento, hoy ocupado por una escuela (tal vez como consecuencia de la expropiación de los bienes eclesiásticos en el siglo XIX). Si bien esta parte del edificio no se ha restaurado como se debiera, aún muestra lo imponente de la construcción y algunos detalles de interés, como los arcos volados en la escalinata y un par de relojes solares sobre la cornisa del segundo nivel del atrio. Los retablos al caminar hacia el altar y experimentar la atracción que ejerce la parte superior del templo, inmediatamente resaltan las dos coronas que rematan las cornisas en los retablos de la Virgen y de la muerte del señor San José. Confrontadas una frente a otra, integran con la cúpula una composición de gran armonía, acentuada por los excelentes óleos de Roldán en las cuatro pechinas. La simetría de estos retablos no sólo se cumple en las coronas, sino también en otros elementos como los medallones con pinturas de Miguel Cabrera enmarcados por guías de hojas verdes. Las pilastras con bustos de doncellas también se distinguen en cada retablo y delimitan las tres secciones de cada uno. Algunos detalles corno la ornamentación en torno a los medallones, las puertas con acabado de arias y los ángeles que sostienen el cortinaje que rodea la pintura central de la inmaculada, en su retablo, y la vitrina que alberga a San José, en el correspondiente, son idénticos, con la salvedad de que los ángeles que guardan a San José sí miran hacia él, mientras los situados en tomo a la Virgen se abstienen de observar la. Con excepción de éstos, los demás retablos son de estilo único. El primero que se contempla, por la entrada oriente de la nave, es el de los Dolores o del Calvario, mismo que se estaba trabajando en el momento de visitar el templo. Entre las peculiaridades que menciona Ana Cristina en su libro, está el fondo del retablo, tal lado a la manera de un gran petate (mexicanismo arquitectónico) , el que también se puede apreciar en uno de los retablos del templo de santa Clara, en la misma ciudad. A la derecha del retablo de los Dolores se encuentra el de San Francisco de Pau la, conocido también como retablo de la Tribuna, formado por tres cuerpos. El primero es el más grande, profusamente decorado en torno a la figura central del santo y dos pinturas con episodios de su vida. Un nicho en forma de concha (típico del barroquismo del siglo XVIII) se sitúa por debajo del medallón de San Francisco. La cornisa, que precede a la Tribuna (segundo cuerpo),”tiene elegantes festones que están rematados con extrañas caritas de duendes de capuchón rojo"; según describe Ana Cristina. El tercer cuerpo es el que rodea a la ventana y muestra cuatro pinturas con pasajes de la vida del santo. El otro retablo es el dedicado a Santa Rosa de Viterbo, conocido también como del Ángel Custodio. Mucho más pequeño que los demás, y situado entre las dos puertas que dan a la calle por la parte norte de la nave, tiene no obstante singular atractivo, pues cuenta con cuatro óleos rematados con medallones de diversos estilos en torno a una pequeña escultura de Santa Rosa de Viterbo resguardada en una vitrina.

ELEMENTOS VISTOS EN CLASE
Antiguamente el altar mayor era barroco pero fue destruido y se coloco un estilo neoclásico.
Al verla de frente del lado izquierdo se encuentra una torre con campanario de dos cuerpos y un reloj de tres caratulas. En la fachada cuenta con cuatro columnas y cuatro gárgolas que se encuentran en lo alto de cada columna y en la parte superior se encuentras las balaustradas y los pináculos.
En la parte superior del temple se encuentra la cúpula con linternilla de forma octagonal.
En la parte inferior se encuentra un arco entre dos contrafuertes.
El templo cuenta con dos accesos de arco de medio punto y en la parte superior dos nichos.
ANÁLISIS

En el año de 1861 las Leyes de Reforma provocaron enclaustramiento de mujeres religiosas. Las religiosas nunca tuvieron patrimonio económico y cubrían sus gastos con el producto de los fieles, las caridades y las pensiones de los niños que educaban.

En el año de 1867 y hasta casi un siglo después el templo funciono como hospital civil, y de  1963 a 1967 la escuela secundaria Federal No. 1 trabajo en el edificio.
En la actualidad, este edificio alberga el instituto Italo-Americano de Artes Gráficas con el nombre de Centro de Estudios Tecnológicos de Artes Gráficas.

OPINIÓN PERSONAL
Este edificio es un icono de la arquitectura mexicana, hasta el momento sigue siendo un edificio funcional y muy interesante, como todo gran edificio tiene una historia que lo precede y ha sido utilizado para distintas actividades pero siempre ofreciendo un lugar de refugio, la religión ha influido mucho en las personas y es impresionante el apoyo de tanta gente para poder construir algo como esto.


BIBLIOGRAFIA 
"QUERETARO... TEMPLOS, CONVENTOS, EDIFICIOS Y PLAZAS DE LA CIUDAD"
ASI ES QUERETARO CRONOLOGIA
MANUE M. DE LA LLATA 
HISTORIADORES QUERETANOS II


Templo de Santa Rosa de Viterbo

by
Erick Solano Jerónimo

Luis Mario Garcia Ruiz

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